martes, 2 de marzo de 2010

No tengo que tener paciencia ni tolerancia con estas mamadas



Es una especie de (mal) augurio de tragedia griega: el mexicano que se encuentra de viaje por algún lugar de latinoamérica está condenado a ser objeto de insufribles comentarios, preguntas y chistes del Chavo del Ocho. No sé si el Chavo durante las dictaduras militares en sudamérica habrá tenido algún significado metafórico y efecto emancipador en la niñez, al estilo de La Vida es Bella, pero a mí me parece vergonzoso. Personalmente no conozco ningún fans del Chavo en México, pero aquí creen que todos estamos obsesionados con él cual manga japonés: nosotros debemos conocer de pies a cabeza la historia dentro y fuera de las cámaras de cada uno de sus personajes, comprender los errores de continuidad en alguno de sus episodios, y tener la interpretación cultural de la sarta de pendejadas que dice. Sí señores, ahí esta nuestro legado cultural, todo resumido en la trilogía tequila-sombrero-chavo. Palabras más, palabras menos, una bebida que te pone idiota, una prenda que te hace ver como idiota y un idiota. De los mayas, Octavio Paz, el mole, Tin Tan o la UNAM, nada. Tampoco los culpo, pues el grueso de la población en México tristemente resume Brasil a nalgas-carnaval-futbol-nalgas. Pero al menos el carnaval es una fiesta de puta madre, han ganado el mundial cinco veces y lo de las nalgas se explica por sí solo.

He sido calificado, aquí y allá, con los adjetivos más despreciables por "no entender" el humor y la obra de Roberto Gómez Bolaños. Y para alivio de todos, no, mi infancia no fue traumática ni nada. Vi la serie como muchos -pues a más de treinta años, seguimos sin tener muchas opciones- y hasta me llegó a parecer divertida en algún momento. Mis padres nunca me prohibieron verla aunque francamente debieron haberlo hecho. Conmigo las cosas cayeron por su propio peso: al poco tiempo me cansé de él. Su humor es bobo y repetitivo, quien lo niegue deje de leer este post, no esta entendiendo nada. Y aún cuando muchos fundamentalistas aseguren que si no te gusta en Chavo eres anormal y disfuncional, esto jamás me impidió poder relacionarme con niños de mi edad (soy anormal y disfuncional por otras cosas); aún podía platicar de los Transformers, las Avalanchas y los Selz Soda.

En Brasil el Chavo del Ocho es un fenómeno generacional más intenso que en México. Quiero dejar en claro que no estoy negando su estátus de icono cultural, pero los argumentos de sus defensores nunca me han terminado por convencer. El supuesto carácter "épico" de sus personajes me resulta una idea vulgar. Su personaje central es un niño tonto, mal alimentado y abandonado que vive dentro de un barril y es hostigado y abusado por el resto de la comunidad. El resto del elenco se compone de un niño mimado y cabrón, una escuincla estresante, el huevonazo que tiene como padre y una vieja fodonga arribista, por mencionar algunos. ¿Alguna coincidencia con la percepción del mexicano en el exterior? Que sus padres estuvieran de mojados en Los Angeles y escondiera kilos de cocaína en su barril, sería la cereza en el pastel. Muchos de sus "chistes" me parecen dignos de un descerebrado como Patricio, el compañero de Bob Esponja. Pero resulta que Patricio es una estrella de mar, no una persona. Dejo evidencia de su humor oligofrénico, sin contar el universo de links a videos, clubs de fans e incluso blogs dedicados a él.

"¡Cállate que me desesperas!"
"Te voy a acusar con mi mamá"
"¿Quieres? ¡Compra!"
"¡Vieja Chancluda!"
"¡Ta, ta, ta, taaaa... ta!"
"No te juntes con esa chusma"
"Es que no me tienen paciencia"
"Fue sin querer queriendo"
"Se me chispoteó"
"Chanfle"




5 comentarios:

  1. Si ca, no se que está peor, que los europeos piensen que andamos con pistolas y a caballo o que en sudamerica crean que somos como el chavo del 8!!!
    No, no, si se, está peor lo del chavo porque así ni respeto por pistoludos!!!

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  2. Y sumale las múltiples referencias a las telenovelas que van desde Marimar hasta Rosa Salvaje ¡Hasta en África las ven! Y, peor aún, los "burritos" son internacionalmente conocidos como "la típica comida mexicana" ¿En qué momento nos convertimos en comida rápida-barata-y-pinche?

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  3. Para tu consuelo, en la escuela primaria en la que yo iba, llamaron a los papás a junta para pedirles que no nos dejaran ver el chavo del ocho, y realmente no hay gran diferencia en mi comportamiento por ese factor. Ahora que pensándolo bien, me mata no acordarme del segundo verso de la canción ¨Que bonita vecindad¨. Pero te cuento que la razón por la que se convocó a la junta anti-chavo del ocho, es que en el salón en el que yo estudiaba, una ocación la maestra nos pidió hacer algo (no recuerdo bien que) pero como si lo hubiésemos ensayado todos respondimos ladeado la cabeza y diciendo aaahhhhh, la maestra respondió y todo el salón contestó ladeando la cabeza al otro lado noooooo ( un gag de la escuelita del chavo ), la maestra indignada convocó a junta.

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  4. Es verdad que en el extranjero se identifica a México con el Chavo del Ocho, pero siempre es positivamente. A mucha gente le gustaba y le sigue gustando. ¿Es una estupidez de programa? Ciertamente, pero, ¿quién espera encontrar otra cosa en la televisión?

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  5. El Chavo del 8 nos ha perseguido desde que salimos de México. También lo vimos de niños, pero bueno, nada de aprendernos los diálogos ni cosas así. A veces me da tristeza pensar que si somos bien pinches yankees por sabernos los diálogos de "Los Simpson" y no los del Chavo...
    Incluso alguien nos regalos todas las temporadas con todo y ediciones especiales, claro, bien pirata. Sólo vimos uno y eso por que era demasiado lo que nos hablaban del Chavo y nosotros sin entender tanta gracia. Ahora sólo ocupan espacio y me arrepiento de no haberlos dejado como un regalo a una chica bien fan que conocimos en Valparaíso- los cuadros de su casa eran del chavo, alucinante- pero la verdad es que nunca me acuerdo de ellos.
    En algún momento increpe a un argentino por ese mal gusto y le dije eso mismo que dices, un programa lleno de clichés que sólo se burlan del jodido. El me respondió que ese precisamente es el éxito, que eso no pasa sólo en México, sino en, al menos toda latinoamérica y el sentirse identificados es lo que le ha dado el lugar que tiene. O sea, el niño jodón, la señora chismosa arribista y el papá huevón son personajes comunes. Ahí fue cuando me di cuenta que sí, el Chavo nos une en esa "miseria" de la cual nos burlamos con todo los latinoamericanos.
    Ahora ya no me enojo, ya ni le presto importancia y aún busco a quién dejarle todas sus temporadas.
    Saludos

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